Nutrición en el adulto mayor y sus cambios fisícos |
La mejor
calidad de vida de la población ha contribuido a aumentar la esperanza de vida,
este aspecto además de la disminución de la tasa de natalidad de la población,
da lugar a una cantidad mayor de adultos mayores para los siguientes años. Para
el 2050 se estima que los adultos mayores conformarán cerca de 28.0% de la
población.
El
envejecimiento es una etapa que se acompaña de una serie de cambios
fisiológicos, psicológicos, y sociales que pueden contribuir a afectar el
estado de nutrición en este grupo.
Los
sentidos se ven disminuidos entre ellos la vista, oído, la habilidad de
reconocer los sabores de los alimentos dulces, salados, ácidos y amargos por el
atrofiamiento de las papilas gustativas (empieza alrededor de los 50 años).
Además del olfato para reconocer olores e identificar alimentos. Es común
la disminución de la salivación (xerostomia) problema común que puede causar
problemas para hablar, masticar y deglutir los alimentos, se refiere como
resequedad en la boca.
La falta
de higiene dental ocasiona que haya pérdida de piezas dentales por la
acumulación de placa dentobacteriana, caries, gingivitis que ocasionan
enfermedades periodontales. El uso de puentes o de prótesis dentales tiene que estar
vigilada para evitar lesiones en la boca que dificulten la masticación.
Los
cambios en la mucosa gástrica y en las glándulas digestivas dan lugar a una
disminución de la capacidad funcional digestiva. La menor flexibilidad del
fundus del estómago motiva saciedad con menor cantidad de comida en comparación
con el adulto joven y se estimula más una parte del estomago llamada antro que
aumenta la secreción de la hormona de la saciedad conocida como
colesistoquinina. La disminución del movimiento intestinal normal, la
superficie intestinal útil para la absorción, la capacidad de transporte de
nutrientes y la reducción del flujo sanguíneo (entre la célula mucosa y la vena
porta) alteran la capacidad de digestión y absorción.
Puede
sufrirse de estreñimiento en esta etapa debido a que existe una atrofia del
músculo propulsor del intestino y cambios en las células secretoras de
moco que provocan cambios estructurales en la pared del intestino
(diverticulosis: formación de invaginaciones en el intestino) y funcionales
a nivel neuronal la densidad de fibras nerviosas que inervan al esfinter
encargado de la percepción de la masa de materia fecal en el recto se ven
disminuidas y afectan el equilibrio entre la continencia y la defecación.
Algunos
factores de riesgo que pueden causar estreñimiento en el adulto mayor: Enfermedades, Consumo de fármacos, Inmovilidad, Dieta (poco aporte de fibra
y de agua), Deshidratación, Trastornos como hemorroides,
úlceras.
Es importante cuidar la salud ósea en esta etapa, ya que la densidad mineral ósea (cantidad
de minerales de calcio y fósforo que contiene el hueso) disminuye por la falta
de actividad física y además existe una disminución de la absorción intestinal
del calcio que puede poner en riesgo de desarrollar osteoporosis (enfermedad
causada por disminución de la densidad mineral ósea) ocasionando riesgo de
fracturas.
Las mujeres posmenopáusicas suelen verse más
afectadas debido a que la disminución de la cantidad de estrógenos, estos
ayudan a preservar la resistencia de los huesos a lo largo de la vida. Los
hombres también están afectados, pero tienen un riesgo estimado de sufrir
fracturas a lo largo de la vida tres veces menor que las mujeres. A partir de
los 60 años por compresión de las vertebras hay una disminución de la estatura
de 1 a 2cm/década, causada por la curvatura de la columna vertebral (lordosis o
cifosis) y el aplanamiento de las vertebras. Se recomienda consumir un
suplemento que contenga calcio, vitamina D y magnesio,
para aquellas personas con ingesta deficiente de lácteos y sus derivados.
Las
debilidad del adulto mayor se debe al sedentarismo y es común una disminución
de la masa muscular, fuerza y función del músculo, condición conocida como
Sarcopenia (del griego sarco: carne, músculo y penia: deficiencia,
disminución). Se ha visto que se pierden hasta 3 kilos de masa magra por década
que conlleva a tener debilidad para realizar las actividades de la vida diaria volviéndose
dependientes de bastón o andaderas o inclusive de otra persona, sin embargo si
se mantiene la actividad física, la reducción puede no ser tan marcada.
Se recomienda llevar a cabo un programa de
actividad física de fortalecimiento que permita desarrollar mejor movilidad e
independencia en las actividades de la vida diaria, si se logra además
complementar la alimentación con una ingesta adecuada de proteínas puede
inclusive haber una mejoría significativa de la fuerza, una medida de un
suplemento como el Suero de Leche puede
ser una alternativa, además son bajos en lactosa y pueden digerirse fácilmente
si se mezcla con un poco de agua, se sugiere tomar en la mañana y en la noche.
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